– Sudo gasolina, me gusta la gasolina, ventanilla bajada, aire acondicionado puesto. Como molo, como molo. Tengo coche, como molo. Antes no, sin coche, ahora sí, como molo –

 

 

Cuando veo a un tipo, de entre 18 y 35 años normalmente, con un coche haciendo ruido, rápido, poniendo en peligro al resto del mundo, música muy alta y flipando consigo mismo, por esa razón, por que tiene coche, no salgo de mi asombro. La conclusión a la que he llegado es que el engrendo, esa carga para la sociedad, debe pensar algo similar a la frase que he puesto arriba. Supongo que en su vocabulario deben de faltar algunas palabras de dicha frase, pero de un modo más básico y simple, por ahí deben de ir los tiros.

Me gustan los coches, pero sobre todo me gustan las motos, de ahí a creerme algo más, mejor que el resto, por que voy subido sobre un vehículo, hay un rato largo. No se sí un rato largo de colegio, un rato largo de coeficiente intelectual, un rato largo de educación o un rato largo de autoestima, quizás una combinación de todas.

Ya que me he puesto a analizar la situación, e insisto poniendome a un nivel intelectual que llega a molestarme, quizá entienda que alguien con muchas inseguridades y no muy inteligente, con poca educación y con falta de colegio… ¿me estoy repitiendo? os recuerdo que me intento poner al nivel de estos individuos…. Quizá consiga entender esta estúpida manera de llamar la atención – como no puedo destacar de otro modo, molesto al prójimo, y se tiene que fijar en mi por huevos, por que le dejo sordo o por que casi le atropello –  ahora bien, y es algo que por mucho que he intentado no he conseguido comprender, ¿me puede decir alguien que gana la rubia oxigenada que siempre acompaña al fantoche de gasolinera?. No creo que sea por amor, no creo que sea por que crea que el tipo va a llegar lejos… no lo entiendo, y ya no puedo bajar aún más (hablo del coeficiente, no pienso bajar en otros aspectos para llegar a comprender).

En conclusión y en alusión al endurecimiento de las penas de tráfico, creo que conducir un vehículo no es un derecho, es un privilegio, que mal usado se convierte en un arma. Como tal privilegio, en el momento que faltes de un modo exagerado, una sola vez grave o varias leves, se te debe retirar, para siempre.

Mientras tanto, seguiré viendo en las ciudades, esas hienas de barrio, sonrientes, conduciendo de lado para que se les vea más por la ventanilla, atentos a ver quien mira, con el brazo preparado para saludar… supongo que a un destino incierto… como el de todos, pero con más miedo.

Entradas relacionadas

3 comentarios en «Fantoches de gasolinera, hienas de barrio»

  1. gran entrada pablo

    certifico punto por punto todas tus opiniones sobre esa nueva especie urbana que se caracteriza por lo mismo

    unos dados colgando de su retrovisor, el nombre de su chica en el culo del coche, lunas tintadas y la música a todo trapo

    que triste por dios!

  2. mira yo pienso que en algo tienes razón pero no por simplemente llevar un coche así no todos somos iguales, yo también soy un amante de los coches y las motos pero no por llevar un coche a tu gusto tienes que ser un gilipollas, no te discuto que la mayoría son así pero también hay gente como yo a la que nos gusta respetar por que para correr están los circuitos y si ati también te gustan las motos como dices seguro que alguna vez te as pasado del limite de velocidad o en alguna curva te as pasado al carril contrario para trazarla asique antes de ponerte a escribir infórmate mejor de lo vas a escribir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *